El reputado artista Thomas Hirschhorn nos ha visitado en nuestras instalaciones para hablar de su proyecto abierto a toda la población de València. Para nosotras es un verdadero honor que iniciativas como las de Bombas Gen junto con el artista piensen en asociaciones como nosotras.
Thomas Hirschhorn. “Energía = ¡Sí! Calidad = ¡No!” (un taller crítico).
- Web de la actividad en Bombas Gens Centre d’Art: https://www.bombasgens.com/activitats/thomas-hirschhorn-energia-si-qualitat-no-un-taller-critic/
- Web del artista: www.thomashirschhorn.com
Declaración de Thomas Hirschhorn:
“Energía = ¡Sí! Calidad = ¡No!” (un taller crítico)
Durante el taller “Energía = ¡Sí! Calidad = ¡No!” (un taller crítico), cada participante traerá un trabajo para que sea discutido con el resto de participantes. Para dividir el tiempo en partes iguales y aprovechar al máximo las valoraciones de los demás, es necesario que todas las personas inscritas en el taller estén presentes todo el tiempo y asistan a todas las presentaciones/valoraciones de trabajo.
Para participar, son necesarias dos cosas:
– Participar en el trabajo común, las discusiones, el intercambio, el pensamiento, el juicio.
– Traer un trabajo o contribución (algo que venga de uno mismo).
Estructura del taller
Cada participante trae una contribución, una obra, algo que provenga de sí mismo: un texto, una pintura original, un dibujo, una canción, un collage, una escultura, un video o cualquier otra cosa. El participante elige un solo trabajo que será discutido por el grupo según el criterio “Energía = ¡Sí! Calidad = ¡No!”. Puede optar por hacer una presentación preliminar o no. Cada trabajo se discute en conjunto. Es importante que cada trabajo se debata en igualdad, por lo tanto, es importante que todos los participantes asistan a todas las discusiones, incluso si ya se discutió el trabajo de uno mismo.
¿Por qué “Energía = ¡Sí! Calidad = ¡No!”?
Solo puedo hacer un proyecto escolar sobre algo en lo que creo. Sé lo que tiene energía. Sé dónde hay energía. “Energía = ¡Sí! Calidad = ¡No!” es una de mis pautas como artista. Es una afirmación, es algo constitutivo de mi trabajo y siempre le he sido fiel. “Energía = ¡Sí!” es la afirmación de que las cosas que tienen su propia energía son importantes. La Energía es lo que cuenta, la Energía es lo que puedo captar, la Energía es lo que puedo compartir y es lo universal. “Energía = ¡Sí!” es una declaración de movimiento, de dinámica, de invención, de actividad, de pensamiento. Quiero decir «Sí» a la Energía como tal, a la Energía como idea de una posible acumulación, como batería. Se trata de decir «Sí» a algo sin establecer un criterio exclusivo. Utilizo el término ‘energía’ como un término positivo porque incluye al otro, está más allá de lo bueno y lo malo —incluso la mala energía es Energía— y la Energía se sitúa más allá de los hábitos culturales, políticos y estéticos.
“Energía = ¡Sí!” es oponerse a pensar en términos de «calidad» y en los criterios de Calidad.
Estoy en contra de la etiqueta Calidad, en todas partes, y, por supuesto, en el Arte. Por lo tanto, propongo seguir la directriz “Calidad = ¡No!” y sustituirlo por “Energía = ¡Sí!”. “Energía = ¡Sí! Calidad = ¡No!” (un taller crítico) es la resistencia a ser neutralizado por los criterios exclusivos de la Calidad. La Calidad es el lujo de mantener distancia con todo lo que no tiene Calidad. No sé qué tiene Calidad, ni dónde hay Calidad. Como artista, me niego a adoptar el término ‘calidad’ para mi trabajo y no quiero aplicarlo al trabajo de otros. La Calidad siempre es un intento de establecer una escala, de distinguir «alta calidad» o «baja calidad», pero yo mismo no sé, hoy, qué tipo de trabajo tiene Calidad. Utilizo el término ‘calidad’ como un término negativo, porque excluye a otros, porque es solo una ‘cosa internacional’ y porque hace la distinción entre lo bueno y lo malo. La Calidad es exclusiva, lujosa y basada en la tradición, la identidad y el particularismo. Necesito otro criterio —hoy.
Por tanto, propongo seguir como directriz “Energía = ¡Sí! Calidad = ¡No!”.
Criterios de juicio
Utilizo expresamente el término ‘juicio’ y no uso el término ‘evaluación’. Hoy se produce mucho, en todos los campos, pero pocas personas aceptan un juicio sobre su producción. Si tienes el poder de producir algo, debes estar preparado para aceptar ser juzgado por esa producción. Además, al contrario de la ‘evaluación’, un juicio es un compromiso, algo absoluto, algo que viene del corazón, algo en lo que puedes pensar y construir. Para resistir la evaluación y someternos a ella, necesitamos elaborar nuestro propio juicio, hacia nuestro propio trabajo y hacia el trabajo de los demás. Contribuir a una evaluación no es importante, pero tener mi propio juicio personal es esencial, como artista, pero también como ser humano. Para mí, ‘juicio’ es un término positivo, pero soy consciente de que a menudo se usa negativamente. Juzgar el trabajo nunca es juzgar a la persona. Juzgar una obra (mi obra/la obra de otros) es una de las claves para darle forma. Afrontar este juicio es una de las claves para afirmar la forma —afirmar la forma es lo más importante en el arte.
Mi criterio de juicio (y el nuestro) es/son “Energía = ¡Sí! Calidad = ¡No!”. Quiero/queremos afirmar lo que tiene energía para mí/para nosotros —no quiero/no queremos juzgar la Calidad de algo. No quiero/no queremos decirle a la otra lo que debería tener calidad para ella o para él. Una persona nunca es juzgada, el juicio nunca es personal, yo/nosotros solo juzgamos su trabajo o su producción. Con esta propuesta quiero enseñar que, cuando hagas algo, serás juzgado por lo que estás haciendo. Y como parte del acto de hacer algo, el juicio de este hacer tiene que sostenerse; esta es la gracia. Soy feliz si mi trabajo es juzgado.
Acerca de hacer «Escuela»
Para mí, impartir un taller es la oportunidad de exponer mi idea de lo que creo que la “Escuela” debe ser: igualitaria, abierta a los demás, comprometida con estar presente, producir algo; siempre juntos, compartir tiempo y compartir, desde las pautas establecidas al inicio, una experiencia, estar comprometido con los demás participantes, sabiendo que cada participante es igualmente importante, más aún que el «profesor». Para mí, “Energía = ¡Sí! Calidad = ¡No!” (un taller crítico) es una especie de modelo de lo que debería ser una «escuela ideal».
Lo más importante en la escuela de arte es el otro, el otro —los estudiantes, el otro— la familia, el otro —el amigo. Con “Energía = ¡Sí! Calidad = ¡No!” (un taller crítico), el otro es fundamental.
Los objetivos de mi taller son:
– Animar a hacer un trabajo
– Estar listo para que sea juzgado
– Confiar en el (muy) propio juicio
Thomas Hirschhorn
Declaració de Thomas Hirschhorn:
«Energia = Sí! Qualitat = No!» (un taller crític)
Durant el taller «Energia = Sí! Qualitat = No!» (un taller crític), cada participant portarà un treball per a discutir-lo amb la resta. Per a dividir el temps en parts iguals i aprofitar al màxim les valoracions dels altres, totes les persones inscrites en el taller han d’estar presents tot el temps i assistir a totes les presentacions/valoracions de treball.
Per a participar-hi, fan falta un parell de coses:
– Participar en el treball comú, les discussions, l’intercanvi, el pensament, el juí.
– Portar un treball o contribució (alguna cosa que vinga d’u mateix).
Estructura del taller
Cada participant porta una contribució, una obra, alguna cosa que provinga d’u mateix: un text, una pintura original, un dibuix, una cançó, un collage, una escultura, un vídeo o qualsevol altra cosa. El participant tria un sol treball que es discutirà en el grup segons el criteri «Energia = Sí! Qualitat = No!». Pot optar per fer una presentació preliminar o no. Cada treball es discutix en conjunt. És important que cada treball es debata en igualtat, per tant, és important que tots els participants assistisquen a totes les discussions, fins i tot si ja s’ha discutit el seu treball.
Per què «Energia = Sí! Qualitat = No!»?
Només puc fer un projecte escolar sobre alguna cosa en la qual crec. Sé el que té energia. Sé on hi ha energia. «Energia = Sí! Qualitat = No!» és una de les meues pautes com a artista. És una afirmació, és una cosa constitutiva del meu treball i sempre hi he sigut fidel. «Energia = Sí!» és l’afirmació que les coses que tenen la seua pròpia energia són importants. L’energia és el que compta, l’energia és el que puc captar, l’energia és el que puc compartir i és allò universal. «Energia = Sí!» és una declaració de moviment, de dinàmica, d’invenció, d’activitat, de pensament. Vull dir «sí» a l’energia com a tal, a l’energia com a idea d’una possible acumulació, com a bateria. Es tracta de dir «sí» a una cosa sense establir un criteri exclusiu. Utilitze el terme energia com un terme positiu perquè inclou l’altre, està més enllà de bo i de roín –fins i tot la mala energia és energia– i l’energia se situa més enllà dels hàbits culturals, polítics i estètics.
«Energia = Sí!» és oposar-se a pensar en termes de «qualitat» i en els criteris de qualitat.
Estic en contra de l’etiqueta qualitat, a tot arreu, i, per descomptat, en l’art. Per tant, propose seguir la directriu «Qualitat = No!» i substituir-la per «Energia = Sí!». «Energia = Sí! Qualitat = No!» (un taller crític) és la resistència a ser neutralitzat pels criteris exclusius de la qualitat. La qualitat és el luxe de mantindre distància amb tot el que no en té. No sé què té qualitat, ni on hi ha qualitat. Com a artista, em negue a adoptar el terme qualitat per al meu treball i no vull aplicar-lo al treball d’altri. La qualitat sempre és un intent d’establir una escala, de distingir «alta qualitat» o «baixa qualitat», però jo mateix no sé, hui, quin tipus de treball en té, de qualitat. Utilitze el terme qualitat com un terme negatiu, perquè n’exclou d’altres, perquè és només una «cosa internacional» i perquè fa la distinció entre bo i roín. La qualitat és exclusiva, luxosa i basada en la tradició, la identitat i el particularisme. Necessite un altre criteri –hui.
Per tant, propose seguir com a directriu «Energia = Sí! Qualitat = No!».
Criteris de juí
Utilitze expressament el terme juí i no use el terme avaluació. Hui es produïx molt, en tots els camps, però poques persones accepten un juí sobre la seua producció. Si tens el poder de produir alguna cosa, has d’estar preparat per a acceptar que et jutgen per eixa producció. A més, al contrari de l’avaluació, un juí és un compromís, una cosa absoluta, que ve del cor, en la qual pots pensar i construir. Per a resistir l’avaluació i sotmetre’ns-hi, necessitem elaborar el nostre propi juí, cap al nostre propi treball i cap al treball dels altres. Contribuir a una avaluació no és important, però tindre el meu propi juí personal és essencial, com a artista, però també com a ésser humà. Per a mi, juí és un terme positiu, però soc conscient que sovint s’usa negativament. Jutjar el treball no és jutjar la persona. Jutjar una obra (la meua obra/l’obra d’altri) és una de les claus per a donar-li forma. Afrontar el juí és una de les claus per a afirmar la forma –afirmar la forma és el més important en l’art.
El meu criteri de juí (i el nostre) és/són «Energia = Sí! Qualitat = No!». Vull/volem afirmar el que té energia per a mi/nosaltres –no vull/volem jutjar la qualitat d’una cosa. No vull/volem dir-li a altri el que hauria de tindre qualitat per a ella o per a ell. Una persona no es jutja mai, el juí mai és personal, jo/nosaltres només jutgem el seu treball o la seua producció. Amb la proposta vull ensenyar que, quan faces alguna cosa, et jutjaran pel que fas. I com a part de l’acte de fer una cosa, el juí de fer ha de sostindre’s; eixa és la gràcia. Soc feliç, si el meu treball es jutja.
Sobre fer «escola»
Per a mi, impartir un taller és l’oportunitat d’exposar la meua idea del que crec que ha de ser l’«escola»: igualitària, oberta als altres, compromesa amb estar present, produir alguna cosa; sempre junts, compartir temps i compartir, des de les pautes establides a l’inici, una experiència, tindre compromís amb la resta de participants, sabent que cada participant és igualment important, més encara que el «professor». Per a mi, «Energia = Sí! Qualitat = No!» (un taller crític) és una espècie de model del que hauria de ser una «escola ideal».
El més important a l’escola d’art és l’altre, l’altre –els estudiants, l’altre–, la família, l’altre –l’amic. Amb «Energia = Sí! Qualitat = No!» (un taller crític), l’altre és fonamental.
Els objectius del taller són:
– Animar a fer un treball.
– Estar preparat per a ser jutjat.
– Confiar en el juí (molt) propi.
Thomas Hirschhorn